viernes, 22 de marzo de 2013

Valencia, Crónica de la última de la feria de Fallas.

MORANTE VISTIÓ AL DESASTRE DE ALTA COSTURA

 
Se cerró la feria de Fallas con una impresentable corrida de Juan Pedro Domecq. Tras la calma de Jandilla ayer, hoy volvió el lio en los reconocimientos y Juan Pedro recompuso la corrida con lo que había por la finca sin etiqueta. Sexteto impropio de Valencia, uno con el hierro de Parladé, el 3º y luego otro 2º, también de Parladé, por lidiarse de sobrero.


Estamos hasta la coronilla de esta ganadería. Con ganado como el de este ganadero no hay emoción. Salió el primero que se caía por los suelos y Ponce no pudo sacar ni el maletín de enfermero. Abrevió. El segundo, sobrero de Parladé, al salir otro de Juan Pedro cayéndose por los suelos, tuvo más fuerza pero casta nula. Morante sin estar confiado abrevió. Y el tercero, de Parladé, con calidad pero con menos de poquísima fuerza, fue sometido a una faena por alto y antifiesta de Daniel Luque. Manta va, manta viene y oreja barata barata.


La cosa empezó a cambiar con el cuarto, otro flojo animal de Juan Pedro pero con más alma con el que Enrique Ponce salió dispuesto a agradar a su público. Faena made in Ponce, de menos a más, poco ajustada, y apretando al toro en la parte final y con Poncina de regalo. Faena orejera que tras el mal uso de la tizona quedó en ovación.


Dos orejas fueron a parar a las manos de Daniel Luque del sexto. Un sobrero de Jandilla, que salió en lugar del de línea ordinaria de Juan Pedro que fue todo un inválido.


El de Jandilla fue el mejor de la corrida pero su buen juego no estuvo acompañado de buen toreo. Para la afición ese toro ha sido desaprovechado por Luque, para el ocasional, la faena ha sido merecedora de las dos orejas. Exagerado balance para el sevillano y bajada de nivel de la plaza. Una plaza que apunta a segunda porque habría que replantearse otra vez que plazas deben ocupar el privilegio de pertenecer a la primera categoría. Luque cosió una faena en un taller clandestino, a todo trapo, sin patrón y mucha tela. Traje Barato y puerta grande de chiste.

Morante vistió al desastre de alta costura. Y es que no se puede estar mejor con un animal tan bobo como el quinto. Un bobo manejable que aparentó ser el modelo perfecto en las manos de gracia torera del de la Puebla. Porque las faenas de Morante son otra cosa, algo único exclusivo, como los modelos de los grandes diseñadores de moda. Recibimiento por verónicas y una media para guardar en el congelador de la memoria, quite por chicuelinas, que alimenta al aficionado y una faena con torería pasajes encajados, por abajo para terminar con la mejor firma, un pase de pecho tan especial, único, primer olor. No tuvo suerte al matar y tras pinchazo hondo y dos descabellos dio una vuelta al ruedo injusta. Porque Valencia no se enteró que era faena de premio, lo mejor de la feria, y esto si era de oreja, a pesar del toro.


fuente:todotorosnoticias.blogspot.com.


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