La ganadería de Alcurrucén es otra de las que más éxitos lleva cosechados en Las Ventas. “Hemos tenido suerte en Madrid, nos han embestido muchos toros”, reconoce uno de sus propietarios, José Luis Lozano. “Llevamos ya cerca de veinte años seguidos lidiando en San Isidro, sin faltar ninguno salvo una temporada que lidiamos en vez de en la feria, en la Beneficencia”, manifiesta quien ha visto triunfar con sus núñez a una amplísima nómina de toreros en la cátedra venteña: “Ahí están las faenas de Aparicio, de El Cid, sobre todo aquella al colorado Barbero el día en que Rincón, que estuvo soberbio, abrió por sexta vez la puerta grande de Madrid; de José Tomás, cuyo primer boom como matador fue con un toro nuestro y años después cuajó también con la izquierda a un Ringollano castaño; de El Juli, que aparte del novillo Afanes que desorejó el día de su presentación como novillero, cortó la que quizá fue su primera oreja como matador en Madrid; varias faenas de Ponce malogradas con la espada; las últimas salidas a hombros de Rubén Pinar y Juan Bautista el día que Abellán lo bordó con la izquierda; la faena de Castella al bravísimo Arrestado, la de Uceda Leal en su encerrona del 2 de mayo… La lista es muy larga, afortunadamente”, destaca el ganadero.
Todos esos triunfos, además, acontecieron en el lugar más complicado para triunfar: “En Madrid la plaza es muy grande, la lidia muy lenta, el público muy exigente y el toro muy serio”, opina Lozano entre risas.
La corrida de este miércoles será lidiada por Castella, Perera y Teruel, que confirmará por fin su alternativa: “Está muy bien presentada, es seria y bonita de hechuras". El ganadero firmaba ahora el resultado de la última goyesca: “Fíjate que se cortaron en un día las mismas orejas que en todo el San Isidro del año anterior, tres, con una particularidad: la faena de Ferrera era de dos”, sentencia orgulloso Lozano, que aun así advierte: “Aquí en los toros nunca son iguales dos corridas, todas son distintas unas de otras, pero que salgan tres toros buenos como en la del otro día, sí se puede firmar, sí…”.
Así ve el ganadero, uno por uno, los seis toros titulares del encierro madrileño, que está apartado de sus hermanos de camada desde hace un año: “Irán el 14-Herrerito, colorado algo chorreado, un poquito más alto que sus hermanos, con cara y serio; es de la reata de las herreritas, que es una familia muy vieja de Rincón; 39-Altamares, negro, serio, rematado y con mucha cara, de la línea de las cumbreras, altamares…; 82-Barberito, melocotón, muy bonito, de las barberas, otra familia muy numerosa de Rincón; 104-Codicioso, chorreado, serio, de las codiciosas, del tipo que le gustaba al maestro Chenel, chorreado, de pala blanca y punta negra; 105-Fanfarrón, colorado, hermano de padre y madre del primer toro de Fandiño del año pasado en San Isidro, que fue muy bravo; 141-Bilbaíno, negro, único cinqueño del encierro, de otra familia muy larga, la de las ciudades: zamoranas, segovianas, valencianas… Este último y el 82 son los únicos que provienen de un mismo padre, por lo que la corrida va abierta de sementales”, desvela.
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