viernes, 27 de agosto de 2010


Toros en Almeria - 26 agosto 2010
Toreo puro de Morante


Titulares de la prensa nacional.

Morante de la Puebla brilla en Almería
por naturales belmontinos.

El sevillano inició la faena de muleta con pases de mucha plasticidad. Bien colocado siempre, hizo el toreo fundamental en dos series con la derecha. Los naturales tuvieron preciosa geometría y sabor a toreo belmontino. Algunos de ellos muy largos y profundos. Faena con mucho fondo de forma expresiva y artística. Mató de estocada caída. En su segundo, se encontró un toro complicado. A contraestilo de la tauromaquia del sevillano. Con naturalidad, se fue por la espada y dejó media caída que fue suficiente para pasaportarlo.


fuente: larazon.es


La natural excelencia de Morante.

«¡Asesina, vas a ir al infierno!», me increpó camino de la plaza una cuadrilla de «amigos de los animales y enemigos de las personas». Si pecado es emocionarse con el arte del toreo, al averno que me lleven. Porque ayer esa pasión viajó por los tendidos, que presentaron la mejor entrada de la feria y se rindieron a la excelencia de Morante. Qué torería y naturalidad desde que se abrió de capote. Los lances mixtos del saludo, a pies juntos y con el compás abierto, nacieron con lentitud. Un primor los delantales, que en el remate provocaron el volatín del toro de El Pilar, que lidió una desigual corrida, sin terminar de romper. Aunque le restó fuerzas y punteó los engaños, no importó, porque «Niñoso» resultó un buen aliado. Le gustó al sevillano, que quiso resarcirse de la tarde anterior y brindó al público una faena para el recuerdo. Principió con ayudados, cosidos a un pase de la firma, una trincherilla, un zurdazo, otro de pecho… Imposible aglutinar más belleza en sesenta segundos.
El de Fraile tenía movilidad y se arrancó ansioso de embestir. Los derechazos brotaron con pureza y los olesmanaron con ímpetu en rondas de mucha riqueza. Adiós por unos minutos a las actuaciones mecánicas que pueblan la temporada. Era la hora de saborear la creatividad de un artista. Un lujo para los sentidos. Cuando había pintado la mitad de su obra, acarició el súmmum: una trinchera precedió a un cambio de mano parsimonioso. Y éste dio paso a tres naturales excelsos. Tres cuadros para engrandecer cualquier museo. Morante expresaba a través del toreo su yo más íntimo; el delirio surgió. Un afarolado, la trincherilla, más ayudados, aroma belmontino y gracia del Guadalquivir. Y otra vez la izquierda mágica, en el espacio donde se marca un chotis. Lástima que se cayese la espada y el premio se redujese a una oreja. Aunque después de ver torear así, los trofeos que se vayan también al infierno. Porque el de La Puebla del Río nos hizo ascender al cielo.


fuente: abc.es

Cumbre de Morante.

Morante brilló con capote y muleta en el buen toro de El Pilar que abrió plaza. El sevillano lo vio claro desde el principio y regaló una obra extraordinaria premiada, posiblemente por el desprendimiento de la espada, con una solitaria oreja. Se gustó el de La Puebla sobre las dos manos y en una retahíla de adornos para enmarcar.


fuente: aplausos.es

Pureza de Morante.

Sobran las palabras. O más bien, faltan... Qué pureza. Qué hondura... Aroma añejo de toreo puro. 100% Morante en Almería, que vivió una faena grande del sevillano. Lección de tauromaquia. De capote y muleta. Cumbre al natural. La espada se llevó la segunda oreja de un buen toro de El Pilar. Eso fue lo de menos. Morante quedó en la retina.
Morante dejó algunos lances a la verónica de sabor al noble aunque algo flojo primero, para después instrumentar un quite por delantales con su sello de tauromaquia antigua. La faena de muleta mantuvo ese sabor añejo. Puro. Primero dos tandas con la derecha con temple y largura. Para llegar al summum en el toreo al natural, durmiéndose el torero en muletazos despaciosos, por abajo, con hondura y profundidad. Arte y torería morantistas. Cerró con detalles de gran estética y sólo la estocada, algo baja, le privó de un segundo apéndice solicitado con fuerza por el público.


fuente: burladero.com


Morante, luces y sombras.

Morante fue la cara y la cruz en la tarde. De sus trastos brotó lo mejor y más torero de la tarde en su primera, en la que dejó bellos apuntes sueltos con el capote, aunque lo gordo vino en el último tercio, sobre todo al natural, por donde dibujó muletazos de mucha expresión y especial regusto, con empaque y mano baja, largura y hondura a partes iguales.

Toreo grande de "Morante", que también se embraguetó en el toreo a derechas, aunque más atropellado, no obstante, suficiente para haber paseado las dos orejas, pero la mala posición de la espada lo dejó todo en un solo trofeo, pero de mucho peso.

El cuarto ya no fue igual. Toro violento y con malas ideas, al que "Morante", tras unas breves probaturas por abajo, optó por tirar por la calle del medio. Lo dicho, la cara y la cruz de la tarde. Un caso aparte.


fuente: elmundo.es


Excelente faena de Morante.

El espada de La Puebla del Río cuaja a su primer toro en la Feria de Almería, con los mejores naturales de todo el ciclo de la Virgen del Mar. La colocación defectuosa del acero deja el premio en una oreja, aunque se pidió con fuerza la segunda.
Según crónica de burladero.com sobre la actuación de Morante de la Puebla esta tarde en la plaza de Almería, "Morante de la Puebla ha cuajado los mejores momentos del quinto festejo de la feria de la Virgen del Mar, dejando una de las mejores series de naturales de todo el ciclo, en los que predominó la lentitud, el empaque y el temple. Morante de la Puebla no llegó a acoplarse con el primero en el toreo de capa, ya que alternó verónicas de bella estampa con otras más deslucidas. El sevillano se llevó al toro a los medios con muletazos de mucha torería. Con la muleta, bien colocado, inició el toreo fundamental en dos series con la derecha en la que condujo la boyante embestida del astado de El Pilar con gran cadencia. Mejor fue una serie con la zurda, en la que destacó la plasticidad y el sabor a toreo belmontino y puro, con su sello y originalidad. Siguió por naturales y brillaron algunos de largo trazo y siempre muy templados. La faena tuvo mucho fondo y una forma muy artística y expresiva. La estocada cayó caída y eso redujo el premio a una oreja, aunque se pidió con fuerza la segunda. En cuarto lugar se encontró con un toro que planteó complicaciones y que tuvo un comportamiento difícil; sobre todo en el tercio de muleta. Un astado a contraestilo de la tauromaquia del sevillano.


fuente: sevillataurina.com

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